lunes, 11 de marzo de 2019

UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO DESDE LOS CENTROS PENITENCIARIOS; MUJERES CONDENADAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN CHILE


Mujer condenada privada de libertad y perspectiva de Género.

Las Mujeres condenadas privadas de libertad necesitan ser escuchadas, ser vistas y resguardadas, y la perspectiva de género viene a sostener la existencia cierta de que las grandes diferencias existentes entre hombres y mujeres son una realidad que tiene un carácter histórico y social acerca de los roles y valores que son de cada género, por lo que, al hacer referencia a las mujeres condenadas privadas de libertad, se debe partir analizando las temáticas que viven día a día las mujeres privadas de libertad, que no son las mismas problemáticas que encontramos en los hombres condenados.

Las mujeres condenadas privadas de libertad se encuentran con dificultades tales como, el abandono de su cónyuge o pareja, si tienen hijos y son mayores de dos años son derivados a fundaciones y hogares de menores  por no contar con una red de apoyo, muchas no reciben visitas ni insumos básicos para su higiene personal, no tienen la debida atención de salud que requiere una mujer cada seis meses como mínimo y como máximo un año, como son el examen del Papanicolau, por el virus del papiloma humano y la mamografía para detectar preventivamente el cáncer de mama, así como problemas de menopausia, endometriosis, mujeres embarazadas, entre otras, no existiendo estándares que se ajusten a los principios fundamentales de los derechos humanos, toda vez que la comunidad internacional ha reconocido que los grupos minoritarios y especialmente vulnerables son los menores de edad, adultos mayores, inmigrantes, indígenas y mujeres, por lo que requieren de una absoluta y especial atención, por medio de políticas públicas tendientes a su debida protección.

Mujer Condenada privada de Libertad y sus hijos.

 En Chile, existen actualmente más de 3.319 mujeres privadas de libertad en las cárceles de todo el país, de las cuales más de 1.916 se encuentran condenadas, según lo informado por Gendarmería de Chile en su estadística mensual, un dato alarmante es que la mayoría  de las mujeres privadas de libertad son madres y más de un  67% de ellas tienen hijos menores de 18 años, lo que arroja que alrededor de 6.000 menores de edad tienen actualmente a su madre sufriendo una condena privativa de libertad, y más preocupante aún es saber que muchas de ellas son el sustento de la familia, ya que los principales delitos por los que las mujeres se encuentran cumpliendo condena en Chile son ley 20.000 de tráfico ilícito de estupefacientes y los distintos tipos de robo, que tienen asignadas penas altas.
   
Cuando una madre se encuentra privada de libertad, sus hijos son los que más sufren, ya que ven afectados sus estudios, su apoyo familiar, trauma psicológico no tratado por la separación con su madre, el acceso a útiles escolares y estudios, por lo que la mayoría termina en los ya mencionados hogares de menores y en el peor de los casos terminan en las calles inmersos en el mundo de las drogas duras, principalmente la pasta base, lo que se vuelve un circulo difícil de romper.

En Chile, las mujeres privadas de libertad tienen derecho a ejercer el cuidado de sus hijos lactantes hasta los dos años de edad, para eso se han habilitado dependencias especiales dentro de los recintos penitenciarios, separadas del resto de la población penal, para resguardo de los niños, en etapa pre y post-natal, lo que se encuentra regulado en el  art. 19 del Decreto Supremo N° 518 de 1998 del Ministerio de Justicia, que establece el Reglamento de Establecimientos Penitenciarios, y por la ley 20.032 que establece el Sistema de Atención a la Niñez y Adolescencia a través de la Red de Colaboradores del SENAME, pero lo cierto es que una vez que cumplen los dos años, la mayoría termina en hogares para menores o en un núcleo familiar disfuncional donde existe ausencia del padre por abandono del domicilio o por encontrarse de igual forma cumpliendo una condena  privativa de libertad.

Más compleja aun es la realidad que viven las mujeres extranjeras condenadas privadas de libertad, quienes en muchas ocasiones no cuentan con ningún tipo de comunicación con su familia e hijos en el país de origen, pudiendo solo algunas, y en forma esporádica, recibir visitas y tener una comunicación telefónica, lo que depende principalmente del complejo penitenciario, ya que no todos en Chile cuentan con teléfonos habilitados para los condenados.

Avances y mecanismos de ayuda a las mujeres condenadas privadas de libertad.


La Defensoría Penal Pública ha implementado una defensa especializada para mujeres privadas de libertad y condenadas, lo que se ha logrado fruto de acabados estudios realizados principalmente por las investigaciones de EUROSocial, que analiza un Modelo de Defensa Penitenciaria para Mujeres Condenadas Privadas de Libertad, donde se detectó esta necesidad dada la realidad y el aumento de las mujeres privadas de libertad en Chile, realizando vídeo conferencias con los distintos equipos penitenciarios de las distintas regiones del país y visitando los penales.

La defensa especializada para mujeres condenadas es un gran paso que logra reducir brechas de desigualdad, fortalece mecanismos de ayuda y conectividad con las internas y sus familias, lo que ha llevado a entender que es necesario legislar al respecto y que exista una normativa especial en beneficio de mujeres condenadas privadas de libertad, que establece protección a los derechos fundamentales de estas mujeres, a su rol de madre, al acceso a una salud acorde con sus necesidades femeninas, talleres y ofertas de trabajo dentro de los penales que las capaciten para una real reinserción una vez que recuperen su libertad, ya que la mayoría son las que llevan el sustento económico.
A su vez en materia penitenciaria se debe implementar el acceso a beneficios Intrapenitenciarios de una forma más acordes con sus necesidades, como lo es la actual modificación al Decreto ley 321 que establece los requisitos para acceder a la libertad condicional y que otorga anticipadamente el beneficio a las mujeres embarazadas a la mitad del cumplimiento de su condena.

Así mismo exista mayor flexibilidad para acceder a beneficios Intrapenitenciarios, como la salida esporádica al medio libre, la que hoy se limita más bien a situaciones extraordinarias como enfermedad grave y fallecimiento de un familiar muy cercano, ampliándolo a festividades importantes de los hijos en los colegios, como la celebración del día de la mamá, ceremonias de licenciatura, entre otras, y considerar a la hora de otorgar beneficios como la salida dominical, de fin de semana y diaria, dada su condición de madre, en pos de los derechos del niño, así como también priorizar a la hora de condenar a una mujer por la comisión de un delito, su condición y que el cumplimiento de su condena sea por intermedio de medidas alternativas a las penas privativas o restrictivas de libertad que en la actualidad se fijan en de la ley 18.216.

 Conclusiones: 


En Chile la población penal femenina está creciendo a niveles impensados y el aumento de la actividad delictual perpetrada por mujeres se debe principalmente a un tema económico, ya que más del 80% son madres, dueñas de casa y en la mayoría de los casos el sustento económico, transformando el  rostro del delito al de una mujer, lo que nos debe llevar a pensar como sociedad en políticas públicas que apunten a entregar mejores herramienta para las madres solteras o mujeres que simplemente buscan oportunidades emprendiendo honradamente.

Del mismo modo, implementar una regulación a nivel normativo y gubernamental que haga frente a las reales exigencias propias de las mujeres condenadas privadas de libertad, donde se respeten sus derechos fundamentales como mujer.

MARÍA FRANCISCA SEPÚLVEDA TORRES

Defensor Penitenciario
Chile



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