jueves, 16 de febrero de 2017

Aletta Jacobs ¿Una mujer adelantada a su tiempo?

¿Os imagináis que en las próximas Elecciones a Rector las mujeres de esta universidad no tuviéramos derecho al voto?

Es la reflexión que me he planteado  cuando he sabido del nacimiento de Aletta Jacobs el 9 de febrero  del año 1854. Primera mujer en acceder a la Universidad en Holanda y graduada en medicina, estudios exclusivamente reservados al ámbito masculino en aquel tiempo, luchó incansablemente por los derechos de la mujer y acabar con la hegemonía masculina en diversos ámbitos de la sociedad.

Con gran esfuerzo y con una oposición acérrima, tanto en el seno familiar como en su entorno próximo, se centró en la defensa del sufragio femenino. Me congratulo de conocer a esta mujer valiente, que ha contribuido con su esfuerzo y trabajo personal a lograr lo que hoy en día para nosotras es un acto normal y legítimo, el derecho al voto femenino.

Sin ella y el arrojo de otras tantas mujeres que han denunciado una situación de desigualdad e injusticia social, nuestra situación ahora sería distinta.

Aunque queda mucho por hacer respecto a la igualdad entre hombres y mujeres, no obstante me parece importante el recuerdo y homenaje a esta mujer por celebrarse hoy el 163 aniversario de su nacimiento,  en un momento en que las mujeres de la UNED podemos ejercer libremente el derecho al voto en las elecciones de marzo a Rector.

Es necesario evocar a mujeres pioneras que nos han abierto camino y que fueron clarividentes, mostrando un gran tesón hace muchas décadas, para conquistar uno de nuestros más destacados derechos. El voto de la mujer significa además que, no sólo podemos elegir, sino que también somos elegibles y tenemos la capacidad, preparación y cualidades para formar parte de los cuadros de dirección y mando en empresas, gobiernos y organismos públicos.

Cierto que se ha recorrido un largo camino hasta llegar aquí. Ya nadie cuestiona el sufragio femenino, sin embargo todavía hoy vivimos situaciones de evidente desigualdad que a todos nos vienen a la memoria y nos indignan. Emulando a Aletta Jacobs, está en nuestra mano construir una sociedad más igualitaria y justa; cada uno/a  de nosotros/as tenemos la enorme potencia, desde nuestra posición particular o en grupo, de defender y mejorar la situación de la mujer de nuestro tiempo y del futuro. Ejemplos como el suyo enorgullecen nuestro género y demuestran el valor enorme de cada mujer en cualquier momento y en cualquier contexto histórico.

Y desde la educación más temprana lograremos nuestros objetivos principales de protección y promoción de las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres, por lo que animo a todos a trabajar por conseguir sociedades que nos permitan vivir alejadas de la opresión, desigualdad y abusos de todo tipo.


Pilar Rivero

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