Dos
objetivos básicos se persiguen con este escrito: 1) la Arqueología no habla
sólo del pasado y 2) la investigación
sobre la Prehistoria es fundamental para la vida actual y hay que reenfocarla.
A pesar
de los numerosos cambios socioeconómicos de los últimos tiempos que nos han
ofrecido condiciones materiales concretas las cuales a su vez han propiciado
cambios importantes en la situación de las mujeres en nuestro país, nos queda
aún un importante camino por recorrer. Y
seguramente es ahora el momento de actuar ya que con el argumento de la crisis
estamos retrocediendo en muchos de los derechos conseguidos y en las medidas
implementadas cuando en realidad la crisis afecta especialmente a las mujeres
en todos los ámbitos.
Una
parte de los argumentos que se utilizan para explicar esta dificultad en
conseguir alcanzar una igualdad estructural entre mujeres y hombres, igualdad
en derechos por la que se lucha desde hace ya más de tres siglos, es la pre-eminencia
en el modelo social de los valores masculinos frente a los considerados
femeninos.
El poder
de quienes detentan y defienden esta pre-eminencia masculina es, pues, lo que
hace posible esta continuidad.
Este
modelo, basado en una serie de estereotipos, es el que se fomenta y perpetúa
mediante los media y la educación a todos los niveles. Nos lo implantan.
Hablamos
de poder porque hay una relación desigual. Aquí entraría la necesidad de las
mujeres de romper esta asimetría reconvirtiendo estas relaciones, no aceptando los valores masculinos como
modelo. Entendiendo el poder como la posibilidad de enfrentarnos de la manera
más coherente posible a la desigualdad y a la injusticia, como posibilidad de
incorporar en el debate público temas tradicionalmente excluidos de la esfera
política. Poder entendido como capacidad para la acción política.
Es imprescindible
empezar a discutir y a modificar las bases, lo que sustenta todo este
entramado.
He
hablado antes de los estereotipos masculino y femenino y su importancia social,
de lo que nos transmite la educación, las canciones, el cine…..la gente.
Me
refiero a esta dualidad en la especie humana: ser hombre o ser mujer. A las
características diferenciales que dicen que tenemos en cuanto a posibilidades
físicas, emocionales….Características que al ser esenciales, nos dicen, se
traducen en capacidades diferenciales.
Y así, esta naturaleza nos haría aptas a las mujeres para cuidar
enferm@s o criaturas, para organizar la casa y hacer mejor las tareas que requieren
ser detallista etc. y a los hombres los haría ser mejores para trabajos que
requieran esfuerzo físico, tareas públicas etc.
También nos haría a nosotras sensibles y a ellos violentos. Saben de qué
hablo.
El
argumento de la Naturaleza, de la biología, en relación a nuestras aptitudes es
el que surge siempre en las discusiones o discursos que defienden este estado
de cosas.
Cuando
se quiere cerrar la discusión se nos dice: “es natural, esta en tu/vuestra
naturaleza”. Y terminan con lo que parecería ser el argumento definitivo:
“siempre ha sido así”. Entendiéndose,
claro, que lo que están diciendo es que “por lo tanto” no se puede cambiar. De
lo contrario dejaríamos de ser verdaderas mujeres o verdaderos hombres…y todo
se estropearía.
Afirmo
que esta manera errónea de ver la humanidad ha impregnado la ideología de lo
común, de los comunes. Se ha interiorizado. Y es muy difícil discutirlo, la
mayoría cree que es así.
Podríamos
pensar que no es tan importante, que el tiempo ya lo va cambiando. Pero si reflexionamos
a fondo veremos que estos estereotipos son la base de toda la construcción
social posterior. Y cambiaría todo más rápido, creo, si entendiéramos que no
tienen ninguna base científica.
Es muy
importante pues para las mujeres, aunque no sólo, saber de dónde viene toda esa
argumentación. Y también cómo se ha conseguido interiorizarla, qué condiciones
lo propician. Básicamente porque a
partir del conocimiento podremos diseñar respuestas y alternativas.
¿Cómo
hemos llegado a esto?. Cuando dicen “desde siempre” quieren decir desde que
existen sociedades humanas, es decir desde la Prehistoria (época que por cierto empezó mal, excluida de
la Historia).
Están
diciendo pues que en la Prehistoria, hace más de 100.000 años, cuando se estaban
conformando las primeras sociedades plenamente humanas ya había familias, las
madres cuidaban de sus hij@s, no se movían demasiado de la cueva para no dejar
solas a las criaturas que debían cuidar, existía el enamoramiento, la división
de las tareas en función del sexo, los hombres eran violentos, se peleaban por
culpa de las mujeres, mujeres que eran débiles… Podría seguir pero ya se saben
la canción. Habrán visto además películas, documentales, dibujos en museos
donde se describe así esta larga-larga Prehistoria.
Todo
ello además ligado con el discurso de que la caza fue la manera básica de
conseguir comida/que los hombres eran quienes cazaban/ que ellos inventaron los
instrumentos, la comunicación…todo lo que define humanidad, lo que nos hace
humanos. De aquí el solapar, el confundir “hombre” con “humano”. Y de aquí los
grandes titulares y títulos en libros, artículos, enciclopedias: El origen del
hombre, El primer europeo, Los primeros antepasados del hombre…. Lo masculino es
ya sinónimo de humano.
Este
discurso que he simplificado empezó en el siglo XIX con el nacimiento de la
Arqueología como disciplina. Y en lo fundamental no ha cambiado.
Se
construyó un modelo de Humano=Hombre. Y nosotras nos convertimos en “El
otro/Las otras “. En los relatos sobre Prehistoria casi nunca estamos, sólo
cuando quiere hablarse de “cosas de mujeres” (si se encuentra alguna aguja de
hueso p.e. que dicen era para coser). Y saben que salir es importante, si no
nos nombran no existimos. El lenguaje es muy importante. Debemos dejar de usar
falsos genéricos que esconden a la mitad de la humanidad.
El
argumento en el XIX era que la Arqueología (la única ciencia para estudiar
Prehistoria) no podía llegar a conocer como eran socialmente aquellas sociedades,
aunque inmediatamente después lo decían! Es cierto que lo decían sólo al nivel
llamado divulgativo, popular
La
Arqueología ha mejorado mucho su acercamiento a las sociedades prehistóricas,
pero no en estos aspectos. Aspectos básicos pues recordemos que nos definen
como personas y como sociedad, nos dicen qué y qué no natural, qué lo
ineludible. No ha mejorado significa que no estamos aún segur@s de poder decir
cómo se fueron conformando las primeras relaciones entre mujeres y hombres,
relaciones que podemos calificar de nucleares pues configuraron las primeras
sociedades. Sí que sabemos que las
sociedades humanas son por definición no naturales es decir que se conforman
gracias a que consiguen depender cada vez menos de un ambiente determinado. Lo hacen
estableciendo con el medio una relación cambiante que depende básicamente de
ellas mismas. Cada vez dependen menos de la biología, que puede eso sí
condicionar.
Las
relaciones que fueron organizando aquellos primeros grupos son pues sociales e
históricas, no naturales ni determinadas por la biología.
Es
decir, todo lo que se nos dice que ha sido igual desde la Prehistoria carece de
base científica. Y carecen también
consecuentemente de ella todo lo que sirve para divulgarlo.
No
sabemos aún si hubo división de tares en función del sexo en la larga
Prehistoria, si la hubo de qué tipo fue y si fue cambiando y porqué, si hubo
diferentes tipos de organizaciones sociales, alternativas en cuanto a
organizarse para la supervivencia.
Así, los
documentales, dibujos, relatos, cómics que nos cuentan con detalle la vida
cotidiana en la Prehistoria son instrumentos de poder, poder de crear opinión,
de consolidación de este patrón asimétrico-desigual. Una mal entendida
divulgación ayuda a mantener estas opiniones y la gente finalmente lo asimila
como “saber popular” y así se afirma que son estas características
diferenciales entre mujeres y hombres las que convierten la reproducción en
destino, el espacio público siga siendo masculino o que el trabajo doméstico no
se considere productivo.
Es así
porque lo dicen l@s científicos, los que saben. Y no es exactamente cierto, los
científicos cuando hacen ciencia no dicen estas cosas.
¿Por qué
no se ha avanzado arqueológicamente hablando hacia metodologías que permitan contrastar
hipótesis sobre cómo fueron y cambiaron (o no) aquellas relaciones que nos
convirtieron en seres sociales? Fácil: por inercia, academicismo y por no tener
ningún interés en cambiar estas suposiciones tan útiles para que nada cambie.
Es
urgente modificar este estado de las cosas. De qué priorizamos como temas de
investigación y de qué divulgamos mientras tanto. Hay que actuar a distintos niveles, en la
propia política científica, con el profesorado y responsables de espacios
divulgativos, con los medios de difusión. Deben saber cual es el estado actual
de nuestros conocimientos, que al menos una parte del mundo de la investigación
dedica tiempo y esfuerzo a investigar estos temas aunque no son los más
favorecidos ni apoyados. Y también es importante que se entienda la importancia
de esta investigación sobre la prehistoria para la actual vida de mujeres y
hombres y su futuro.
Dra. Assumpció Vila
Mitjà
Profesora de
Investigación CSIC
Departamento de
Arqueología y Antropología IMF-CSIC
Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.